Era una prenda masculina que cubría el torso y ceñía la cintura. De ella sólo se veía el cuello, muy rígido, y las mangas. Estaba acolchado para evitar las arrugas de la jaqueta (que se ponía encima) y, además, pareciera más fornido. Dejaba las piernas al descubierto hasta la parte alta del muslo y a él se unían las calzas con unas cintas.
Comienza a usarse en la segunda mitad del siglo XIV. Su aparición, y la de la jaqueta, viene dada por influencia de los nuevos diseños de las armaduras.
