Sobre la camisa y las calzas, las mujeres vestían la saya o gonela. Una prenda larga que podía tener mangas o dejar las de la camisa a la vista. Ya en el siglo XIII en España conviven la saya encordada, muy ajustada, con modelos amplios y ceñidos con cinturón.
Son típicos de la moda española los vestidos ajustados sin mangas y con la sisa tan amplia como para dejar ver parte de los hombros y el pecho, cubiertos por la camisa.
La saya encordada, que se mantuvo vigente durante los primeros años del XIV, se ceñía con cordones, generalmente en el lado izquierdo. Junto a estas líneas vemos la de Doña Leonor de Castilla.
Saya encordada de Leonor de Castilla (Siglo XIII)
Sobre la saya podía vestirse un traje de encima, como el pellote, y alguna ropa de cubrir. Al ser un traje de vestir, no se consideraba indecente que quedara a la vista.
Aunque todas las clases las llevaban, las más acomodadas las lucían de ricos tejidos y muy largas, de manera que arrastrara por el suelo. Suele emplearse el término brial para definir los vestidos largos y de mangas estrechas realizados con telas costosas que, ya desde el románico, usaban las clases altas.
Brial de Dª Teresa Gil (Siglo XIV)
Como en la moda masculina, en ocasiones, las mangas de los trajes colgaban a la altura de los codos o se ensanchaban dejando oculta la mano.
En los últimos años del siglo XIV, las mujeres (como hacía los hombres con jubones y jaquetas) modelaban su cuerpo empleando prendas forradas de algodón. En este mismo periodo, se hicieron habituales los vestidos abotonados, el vuelo amplio y las largas colas, los entretallados y los flecos.
En los últimos años del siglo XIV, las mujeres (como hacía los hombres con jubones y jaquetas) modelaban su cuerpo empleando prendas forradas de algodón. En este mismo periodo, se hicieron habituales los vestidos abotonados, el vuelo amplio y las largas colas, los entretallados y los flecos.