Las bragas, utilizadas sólamente por los hombres, podían ser de distintas longitudes. Con frecuencia, aparecen en las pinturas como unos pantalones cortos que cubren medio muslo. Como ropa interior, no debía verse, pero el calor durante la labor en el campo u otras actividades similares podía llevar a los más humildes a trabajar en camisa y bragas.
Solían ajustarse a la cintura con una cinta o braguero (un cinturón del que colgaban cuatro cintas o ligas).
A veces las perneras eran muy largas y se recogían atándolas al cordón de la cintura.
A partir de la segunda mitad del siglo XIV, el uso del jubón y la jaqueta (muy cortos) provoca que, en algunos momentos, las bragas asomen a la vista de todos para el escándalo de los más conservadores. Esto sucede especialmente si la comodidad o el sofoco lleva a bajar las calzas enrollándolas hasta las rodillas.
