La terminología medieval que describe las máquinas de guerra de brazo basculante, ya fueran accionadas por tracción humana o por contrapeso, es muy confusa ya que en ocasiones emplea el mismo nombre para ingenios distintos, designa el mismo con diversos, o utiliza denominaciones clásicas para construcciones medievales.
Las más sencillas y primitivas, las pedreras (en francés pierrière), tenían como principal cualidad su cadencia de tiro (uno por minuto), aunque su alcance no superaba los cincuenta metros para proyectiles de 2,5 kg a 10 kg. Eran muy eficaces contra las cargas de la caballería pesada. Como podemos ver en el vídeo inferior, se servían de la tracción humana para propulsar el proyectil.
Las más sencillas y primitivas, las pedreras (en francés pierrière), tenían como principal cualidad su cadencia de tiro (uno por minuto), aunque su alcance no superaba los cincuenta metros para proyectiles de 2,5 kg a 10 kg. Eran muy eficaces contra las cargas de la caballería pesada. Como podemos ver en el vídeo inferior, se servían de la tracción humana para propulsar el proyectil.
La evolución de esta máquina de guerra, muy utilizada en la defensa de plazas fuertes, llevó a incorporar placas de metal en el extremo corto que facilitaban la tracción disminuyendo el esfuerzo requerido para efectuar el tiro. Esta variedad es conocida como bricola (en francés, bricole).
Ingenio de mayor alcance era el mangonel (en francés mangonneau), que empleaba un gran contrapeso para propulsar el proyectil (permitía lanzar bolaños de 100 kg. a 150 metros). Para bajar el brazo largo y cargar el arma se empleaban una o dos ruedas.
El hecho de que la carga del contrapeso estuviera encerrada en un cajón cerrado fijado al extremo del brazo dificultaba su equilibrio, ya que ésta podía moverse en su interior y desviar el tiro.
La incorporación de un contrapeso articulado permitió subsanar este problema. De esta manera, el trabuco o fundíbulo de contrapeso (en francés trébuchet, en inglés trebuchet) se convirtió en un arma de gran precisión con la que era posible lanzar bolaños de más de 100 kg. a distancias superiores a los 200 metros.
Estas máquinas eran útiles para abrir brechas en puntos débiles de las murallas, lanzar fuego, abatir torres de madera y destruir techumbres. Su cadencia de tiro oscilaba entre uno y dos a la hora.
En este vídeo podemos ver cómo el trabuco del castillo de Warwick lanza un proyectil ardiendo.
Como vemos en la reconstrucción de un trabuco del siglo XIV realizado en el Middelaldercentret, podía incorporar ruedas para efectuar la carga.
Más pequeños que los trabucos, los trabuquetes de doble arca podían disparar unos diez proyectiles por hora. Su alcance para un bolaño de 35 kg. podía llegar a los 180 metros.
Virtual Trebuchet es una herramienta muy útil, tanto para el estudio del funcionamiento del trabuco de contrapeso, como para el diseño de modelos a escala. Simplemente tenemos que introducir los datos y nos muestra la distancia que alcanzará el proyectil.
Si quieres ver alguno en directo, consulta la sección de Sciapoda dedicada a los museos al aire libre con colecciones del siglo XIV. Hay varios que muestran reproducciones de máquinas de asedio.
