LA BALLESTA

 
La ballesta fue un arma muy utilizada sobre todo por la infantería, aunque también había ballesteros a caballo. La facilidad de su uso permitía adiestrar en poco tiempo a las tropas y su potencia de tiro la hacía letal para infantes y caballeros (era capaz de atravesar las placas de las armaduras y las cotas de malla).

Royal 16 G VI (Chroniques de France ou de St Denis). Copyright © The British Library Board


Como el arco, fue objeto de leyes que procuraban limitar su uso. En 1308 Fernando IV de Castilla promulgó la siguiente orden:

"Otrosí tengo a bien e mando que todo ome que en la mi corte sacare ballesta a pelea, que lo maten por ello, o qualesquier que contra estas cosas pasaren que el mio alguacil e los mios adelantados e los mios merinos e los otros aportellados de la mi tierra que lo maten por ello do quier lo fallaren" (Memorias de Fernando IV de Castilla)

Frente a estas ventajas, la lentitud de carga (sólo podían hacerse de 2 a 4 disparos por minuto) y el alcance inferior al arco largo.


Las partes principales de la ballesta, además del arco, eran:

- Cureña o tablero: el cuerpo principal.

- Nuez: es donde se engancha la cuerda para cargar el arma.

- Llave: el hierro largo que libera la cuerda para efectuar el disparo.


La evolución de la ballesta da lugar a tipos cada vez más potentes, con arcos reforzados y, por tanto, más difíciles de cargar. Durante el siglo XIV coexisten varios modelos, los más habituales aquí presentados de menor a mayor alcance:

- Ballesta de montaje manual (manubalista). La cuerda se tensa con una mano mientras se sujeta el arma con la otra.

-  Ballesta de dos pies. Con los pies sobre el arco de la ballesta se tira hacia atrás con las manos hasta armarla.

- Ballesta de estribo. Se tensa invirtiendo la ballesta y encajando un pie en la pieza que le da nombre mientras se tira de la cuerda. Para ello era habitual emplear la gafa, un gancho sujeto al cinturón que se enganchaba a la cuerda para tirar de ella enderezando el cuerpo. Era la ballesta más usada.

- Ballesta de torno. Esta modalidad, la más potente y tardía en aparecer, emplea unas poleas movidas por una manivela de torno de la que parten dos cables que tensan la cuerda. Era el modelo más apropiado para las ballestas con arco de acero.

Los materiales en que se construían iban de la madera al hierro, el acero y el cuerno.


Las saetas de hierro (bodoques, pasadores, viras, virotes o viratones) eran distintas en función del modelo de ballesta y del blanco al que iban dirigidas.

En el libro "Memorias de D. Fernando IV de Castilla", volumen 2, encontramos la cita anterior. Bajo estas líneas, podemos leerlo completo.


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  • ACTUALIZADO EL 21 DE ABRIL DE 2019

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